Comentario
OTRAS ANTIGUAS COMPOSICIONES
DESPIERTA...
Así se dirigían al muerto,
cuando moría.
Si era hombre, le hablaban,
lo invocaban como ser divino,
con el nombre de faisán,
si era mujer con el nombre de lechuza,
les decían:
"Despierta, ya el cielo se enrojece,
ya se presentó la aurora,
ya cantan los faisanes color de llama,
las golondrinas color de fuego,
ya vuelan las mariposas".
Por esto decían los viejos,
quien ha muerto, se ha vuelto un dios.
Decían: "se hizo allí dios,
quiere decir que murió".
EL DIOS DE LA DUALIDAD
En el lugar del mando,
en el lugar del mando gobernamos:
es el mandato de mi Señor principal.
Espejo que hace aparecer las cosas.
Ya van, ya están preparados.
Embriágate, embriágate,
obra el dios de la dualidad.
El inventor de hombres,
el espejo que hace aparecer las cosas.
MADRE DE LOS DIOSES
Madre de los dioses, padre de los dioses,
el dios viejo,
tendido en el ombligo de la tierra,
metido en un encierro de turquesas.
El que está encerrado en nubes,
el dios viejo,
que habita en las sombras de la región de los muertos,
el señor del fuego y del año.
POESÍA RELIGIOSA
CANTEMOS AHORA
Cantemos ahora
ahora digamos cantos
en medio de la florida luz del sol,
oh amigos.
¿Quiénes son?
Yo los encuentro
en donde los busco:
allá tal cual
junto a los tambores.
Yo no hago más que forjar cantos,
yo vuestro amigo,
el príncipe chichimeca
Tecayehuatzin.
¿Quién? ¿Ya no todos nosotros
daremos placer,
haremos ser feliz
al Sumo Árbitro?
¡Ojalá que allá en Tlaxcala
en buen tiempo estén puestos
mis floridos cantos aletargantes:
ojalá los cantos embriagadores
de Xicoténcatl, de Temilotzin,
del príncipe Cuitlízcatl!
¡El Tamoanchan de los Águilas,
la Casa de la Noche de los Tigres
(está) en Huexotzinco!
Es allí el sitio de la muerte
del Merecedor,
de ese Tlacahuepan:
¡Totalmente se deleita allí
el gremio de los príncipes (que son) sus guirnaldas,
el grupo de los reyes (que son) su casa de primavera!
¡Sólo con flores de cacao
viene dando alaridos de guerra:
allí se deleita mucho con las flores
dentro del agua!
Viene de prisa, embrazando
su escudo de oro:
también su abanico,
y su cayado de flores, rojas como la sangre.
Con banderolas de plumas de quetzal
venimos a dar placer a las gentes,
dentro de las casas primaverales.
Hacen estrépito los timbales enjoyados de esmeraldas
una lluvia de florido rocío
está cayendo sobre la tierra:
en la casa dorada de plumas amarillas
llueve intensamente sobre la superficie:
¡Ha bajado ya el hijo suyo!
¡En primavera baja allí
aquel por quien todo vive:
hace de cantos sus frondas:
de flores se adornan junto a los tambores,
se enreda a ellos!
¡Ya de ti salen
las flores que embriagan!
¡Gozad, gozad!